En noviembre de 2016, el Comité Intergubernamental de la UNESCO (11.COM) declaró la Fiesta de las Fallas como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad y, desde entonces, son múltiples los colectivos que están trabajando intensamente para explicar el porqué de esta peculiar festividad cultural. Una festividad que intenta preservar diversas «artes y oficios» y que, aparte de transmitirse en el seno familiar, «refuerza la cohesión social y favorece la creación colectiva de las comunidades».
Nuestro colectivo fallero, obviamente, es simplemente una pieza más en el complejo entramado cultural que apuesta por preservar e impulsar la Fiesta Fallera desde todas y cada una sus dimensiones y, para ello, suscribe y fomenta las recomendaciones básicas que, desde la Comisión Municipal de Seguimiento de las Fallas como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, impulsan los organismos y entidades locales y regionales en materia de monumentos falleros, manifestaciones musicales, pirotécnicas, gastronómicas y similares.